Encontrarse sin previo aviso con las ya escasas viviendas que componían el Madrid Moderno original sorprende. Haciendo la obligada abstracción situacional, el viaje en el tiempo se produce irremediablemente y nos situamos en otro mundo, producto de otra época y de otras gentes. En este lugar el tiempo parece haberse detenido -haciendo la obligada abstracción- y las casitas que tenemos a nuestro alrededor nos ensimisman por su singularidad y por su anacronía. En estos tiempos que corren en los que lo efímero manda, maravilla el estímulo que pueden producir ejemplos de la vida de hace más de un siglo, en la perdurabilidad casi milagrosa de un puñado de viejas casas que se resisten a desaparecer.
Su construcción, entre 1890-1892, constó de una 1ª fase de viviendas unifamiliares neomudéjares en las calles Castelar, Roma y Cardenal Belluga, debidas a Julián Marín.
Tras los problemas de la promoción con el Ayuntamiento, la legalización estuvo a cargo del maestro de obras Mauricio Martínez Calonge en 1894, que continuó la 2ª fase de viviendas de estilo neomudejar en las referidas calles, a partir de esa fecha y hasta 1901.
Finalmente se produjo una 3ª fase viviendas de estilo modernistas en la calle Roma, a cargo, entre otros, de Valentín Roca Carbonell, de 1905 a 1906.
Madrid Moderno (denominado también Colonia Madrid Moderno) fue una colonia madrileña de chalés adosados de estilo modernista construida durante el periodo de 1890-1906.